INTELIGENCIA MUSICAL

Entre las inteligencias múltiples  están la Inteligencia lingüístico-verbal, Inteligencia lógica-matemática, Inteligencia espacial, Inteligencia musical, Inteligencia corporal kinestésica, Inteligencia intrapersonal, Inteligencia interpersonal, Inteligencia naturalista, de las cuales la inteligencia musical se define como la habilidad para producir y apreciar el ritmo, tono y timbre, discriminando y expresando las diferentes formas musicales, y en la medida que la música es un medio de estimulación multisensorial, tiene efectos para nuestros estados emocionales, además que potencializa el aprendizaje y estimula la creatividad de los niños.

 La estimulación musical se produce aun desde el claustro materno, desde el momento que se forma el oído, que es el que se desarrolla más temprano, donde el feto percibe tanto sonidos externos, como internos: su respiración, sus latidos y ya al nacer se encuentra inmerso en una sonósfera particular. Sensible a su ambiente lo reconoce auditivamente y así aprende a hablar. La música desarrolla la habilidad rítmica que se refuerzan con ejercicios de pausas y ritmos, que le facilitan primeras expresiones verbales.

Reconocidos músicos destacan la importancia de la música en relación con la inteligencia de los niños. Maestros como Shinichi Suzuki, que creó una metodología para enseñar a niños menores de 3 años a tocar el violín, de esta manera contribuir al desarrollo de su inteligencia.
La música como parte del desarrollo del intelecto humano, data desde el S. VI A.C. en Grecia. Platón presenta una discusión entre un estudiante y su maestro que ilustra la importancia del aprendizaje musical en la educación integral: una persona sin educación no tiene musicalidad ni su habilidad para los instrumentos, mientras que una persona educada si la tiene.
Esta percepción conocida como “El Triángulo Griego”  consideraba las tres principales áreas de desarrollo: 

• la Matemática para un cerebro sano. 
• la educación física para un cuerpo sano 
• la educación musical para una sensibilidad saludable. 

La inteligencia musical también se hace evidente en el desarrollo lingüístico, por cuanto demanda del individuo procesos mentales que involucran la categorización de referencias auditivas y su posterior asociación con preconceptos; esto es, el desarrollo de una habilidad para retener estructuras lingüísticas y asimilarlas en sus realizaciones fonéticas.